Los países nórdicos han dejado una gran estela de arquitectos y diseñadores que perdurarán a través de los siglos. Uno de ellos es Hugo Alvar Henrik Aalto, más conocido como Alvar Aalto, nacido en Finlandia en 1898.
En una de mis primeras visitas como estudiante de arquitectura a la capital finlandesa, Helsinki, tuve la oportunidad de conocer de primera mano la obra arquitectónica de Alvar Aalto, como artífice del proyecto de la Universidad Politécnica de la ciudad, cuyo edificio principal está construido a modo de anfiteatros. La escuela de arquitectura, a la que yo asistía, se encontraba situada en un extremo, dispuesta en torno a un patio abierto. Desde entonces, la figura y obras de Aalto han marcado mi visión racionalista de la arquitectura.
Formó parte del denominado Movimiento Moderno, un conjunto de tendencias que surgieron a principios del siglo XX, corriente que supuso la ruptura con la arquitectura y diseño tradicional en la configuración de espacios, formas compositivas y estéticas. Alvar Aalto fue considerado el único “maestro” de la segunda generación de la doctrina, equiparándose a Mies Van der Rohe, Le Corbusier y Gropius, los más importantes impulsores del primer periodo.
Alvar Aalto no fue únicamente un gran arquitecto, como diseñador ha obtenido los mayores reconocimientos en el diseño de piezas que todavía hoy, siguen produciéndose.
La Butaca Paimio, diseñada originalmente para el Sanatorio de Paimio en 1932, elaborada en completa colaboración con los médicos residentes, descubrieron la manera de facilitar la respiración de los pacientes que sufrían problemas, el Taburete 60, creado para la Biblioteca Municipal de Viipuri en 1933, un proyecto arquitectónico realizado por él mismo, revolucionó la estética de una pieza tan simple.
Igualmente sorprendente es el diseño de la Lámpara a331, diseñada en 1951 para la Universidad de Jyväskylä, y el Tea Trolley 900, creado en 1936 para el interior de Villa Mairea en Noormarkku. Todas estas piezas se fabrican actualmente por Artek, compañía finlandesa creada en 1935 por el mismo Alvar Aalto.
Todo un ejercicio de virtuosismo y funcionalidad nórdica con más de 75 años de historia.
Fotografías via
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