Imaginar una vivienda de las características de la Casa Brutale, la desafiante visión de OPA, siglas de Open Platform for Architecture, se asemeja a una ilusión más cercana a la ciencia ficción que a la realidad. Un auténtico espejismo en forma de proyecto arquitectónico asombroso, un espacio de vida camaleónica en armonía con la arquitectura contemporánea y el respeto al medio ambiente.
Aunque todavía se trata únicamente de un proyecto minuciosamente elaborado, resulta fascinante. Una residencia construida con materiales sencillos como la madera el hormigón y el vidrio en una brecha en un acantilado para crear un ‘brutalismo’ que acaricia la lírica con delicadeza y singularidad.
El escenario perfecto para la Casa Brutale, el mar Egeo. Las espectaculares vistas del horizonte se funden con la estructura del techo de cristal sobre el que reposa una piscina de agua cristalina, creando un juego de luces y sombras en movimiento creado por el agua, contrasta poéticamente con la apariencia ruda de la edificación.
De formas simples y carácter vanguardista Casa Brutale se integra y penetra en el fascinante paisaje griego. La construcción subterránea acaricia el paisaje sin impactar negativamente en él, tan sólo una fachada se muestra en el lado del acantilado y no existe volumen de extrusión desde el nivel del suelo.
El interiorismo de carácter minimalista que se presenta tras descender los 50 escalones hasta llegar a la entrada convive en equilibrio con la esencia del proyecto en el que la luz natural se convierte en la gran protagonista, -hecho realmente sorprendente, debido a su estratégica ubicación-, mediante patrones de luces dinámicas que acarician suavemente el hormigón desnudo, de forma hipnótica, pura y simple.
Cruda y brutal, sin pretensiones, monolítica y fascinante, una auténtica obra de arte de la arquitectura del siglo XXI que sin duda alguna, debería edificarse.
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