En uno de los distritos con más encanto de la ciudad de la luz, el Xe arrondissement de París, descubrimos esta encantadora vivienda propiedad de una de las co-fundadoras de la firma de moda Roseanna. En una vieja tienda oculta en un maravilloso patio encontramos el apartamento reformado por la arquitecta de interiores Stephanie Lizee.
Tras buscar durante un año el hogar perfecto, Anne-Fleur y su marido cayeron rendidos ante la personalidad arrolladora de la que es ahora su casa. La escalera centenaria que preside el corazón de la vivienda y en torno a la cual gira la esencia vital de la casa, fue el elemento decisivo que les hizo tomar la determinación de quedarse con ella.
El estilo decorativo que predomina en la antigua tienda parisina se ve influenciado por el eclecticismo chic que sobresale en las creaciones de su marca, Roseanna. Sus diseños sorprenden por la fuerza y magnetismo que transmiten, el uso de tejidos y materiales innovadores en armonía con aquellos más naturales y de gran calidad y los sugerentes estampados que definen cada una de sus colecciones.
De vuelta a la casa, el eje central creado por la escalera fluye como elemento de continuidad entre el salón, comedor, cocina y la habitación del hijo pequeño, estancias situadas en la planta superior y el dormitorio, vestidor y baño, la zona privada y más íntima de la pareja, en la inferior.
En el salón es donde se evidencia con más intensidad, el carácter ecléctico de la vivienda. La pared principal se diseña a modo de gran librería de obra, contiene todos aquellos objetos irresistibles que la mitad de Roseanna, adquiere en sus largos viajes. Una mezcla de recuerdos, libros, objetos actuales y antigüedades visten el espacio con mucha personalidad.
Todo el interiorismo está perfectamente equilibrado, como si todas las piezas provinieran del mismo lugar, aunque nada más lejos de la realidad: la mesa del salón se hizo con una antigua puerta de una pagoda china montada sobre patas de metal, las lámparas reconvertidas por un amigo anticuario o la alfombra Bereber adquirida en un viaje a Marruecos. Todo tiene su sentido y su armonía perfecta.
Una espectacular claraboya recorre la longitud del espacio de la planta inferir para inundar de radiante luminosidad la zona privada de la vivienda.
Visto en: Milk Magazine
Fotografías: Louise Desrosiers
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