Can Eu: dolce far niente en Formentera

Como auténtico ciudadano nórdico que soy, entre multitud de aficiones ligadas al mundo de los viajes, algunas de ellas siempre han destacado por encima de las demás: la búsqueda incansable del sol, la cálida bienvenida de calas y playas y el modo de vida tranquilo y silencioso del mediterráneo. Como otros tantos daneses, suecos y noruegos, logré alcanzar el objetivo perfecto cuando aterricé por primera vez en las Islas Baleares, hace ya muchos años. Y entre todas, la pequeña isla de Formentera.

Situada al sur de Ibiza, los acantilados y playas de Formentera conquistaron mi corazón y el deseo de encontrar un paraíso cercano, al que poder escaparme de vez en cuando, sobretodo fuera de temporada.

Casi por casualidad, encontré un artículo en la versión online de AD España, de la casa que la modelo internacional Eugenia Silva, construyó en el término de La Mola, el punto más alto dela isla. La sobriedad, sencillez y estilo propuesto por Eugenia y su gran amigo decorador Luis Galliussi, despertó mi admiración más auténtica hacia un modo de vida envidiable, alejado de las pretensiones y el estrés del día a día.

Entre bosques de pino, dunas y matorrales se encuentra la casa bautizada con el nombre de Can Eu, una vivienda solitaria en medio del campo de arquitectura tradicional, en la que el maravilloso paisaje se integra magistralmente en un proyecto, cuyo objetivo principal era conseguir el arraigo a unas raíces peculiares y artesanales, casi invisibles.

Y el binomio Eugenia Silva-Luis Galliussi funcionó como un ensamblaje perfecto, en armonía con cada toma de decisión, para convertir Can Eu en el refugio sencillo y solitario que tanto deseaba una gran profesional que pasa la mayor parte de su tiempo entre el bullicio y ritmo frenético de Manhattan.

Una decoración orgánica en la que todo fluye, diseñada gracias a la esencia casi primitiva de los muebles, fibras vegetales, ramas que inundan con singularidad y belleza cada rincón, telas de estilo hippie… Un auténtico paraíso en el que relajarse junto a un buen libro, una buena música y la impagable compañía del dolce far niente de Formentera.