Casa La Ricarda en Barcelona, icono de arquitectura racionalista

La Ricarda o La Casa de Vidre, una auténtica obra de arte de la arquitectura racionalista española y mundial fue diseñada por el arquitecto catalán nacido en Barcelona en 1913, Antonio Bonet Castellana, en estrecha colaboración con el propietario Ricardo Gomis y su esposa Inés Bertrand Mata. Antonio Bonet trabajó durante cierto tiempo junto al grandioso Le Corbusier en París, para trasladarse posteriormente a Argentina, donde fundó con Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan, el Grupo Austral, durante la década de los años 30. La obra maestra de Bonet fue la continuación de una serie de proyectos realizados en Sudamérica con sus nuevos colaboradores.

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Trabajar para unos clientes cultos y exigentes como el matrimonio Gomis, supuso todo un reto para el arquitecto. Tras una primera propuesta que no siguió adelante, Antonio Bonet diseñó una segunda, desarrollada a partir de 1953, que fue aceptada por los propietarios y finalmente construida. La dirección de obra tuvo que realizarse a distancia, ya que en esa época, el arquitecto barcelonés se encontraba en Argentina.

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Diseñada como casa de veraneo, los terrenos donde se ubicó finalmente La Ricarda, se encontraban en el Prat del Llobregat, en una extensión rodeada de pinares, junto al mar mediterráneo. Se construyó sobre dunas y asentada sobre una plataforma artificial, se extiende en las dos direcciones, gracias al sistema de bóvedas enmarcadas, la tradicional “vuelta catalana” que acaba transformándose en el elemento esencial y característico del imaginario arquitectónico de Bonet.

Desarrollar la vivienda en una sola planta, prescindiendo de las vistas sobre el mar, supuso una renuncia finalmente productiva y aceptable. El extraordinario pinar ocultaba la casa de las miradas ajenas e indiscretas.

Durante los primeros años de posguerra, el panorama cultural y artístico nacional sufrió momentos de delicada decadencia por lo que el propietario de la casa, Ricardo Gomis, decidió convertirla en refugio de intelectuales y lugar de experimentación artística de todo tipo: John Cage, Mercè Cunningham, Josep Maria Mestres Quadreny, Carles Santos, Joan Prats, Robert Gerhard, Villèlia, Antoni Tàpies, Joan Miró o Joan Brossa, desarrollaron el proyecto CLUB49, para poder recuperar la esencia de la vanguardia nacida durante la época de la República.

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En la actualidad, La Ricarda sigue perteneciendo a la familia Gomis, quienes decidieron en 1997, realizar la restauración, obra de los arquitectos Fernando Álvarez Prozorovch y Jordi Roig. Una restauración delicada y compleja, centrada básicamente en el trabajo sobre la cubierta y la carpintería, elementos fundamentales del maravilloso proyecto original. De este modo se consiguió restablecer el correcto funcionamiento de los aislamientos térmicos e hidrófugos cuyo desgaste hacía peligrar la estabilidad estructural de la bóveda. La mayor dificultad para el equipo de arquitectos y técnicos resultó ser el proceso de desmontaje y reconstrucción de la bóveda exterior, a pesar de ello, consiguieron corregir los problemas y mantener el aspecto exterior definido por Antonio Bonet en su proyecto inicial.

En uno de los ejes de la construcción encontramos la batería de dormitorios a los que se accede a través de una galería. Cada uno de ellos está compuesto por un baño y un vestidor que puede convertirse en dos ambientes separados gracias a un panel corredero de corcho. Al mismo tiempo, los dormitorios se abren hacia un patio rodeado por un muro revestido de gres vitrificado en color ámbar en su lado exterior. Originalmente, el dormitorio principal se proyectó como un pabellón independiente, aunque finalmente se unió a la casa mediante una pasarela totalmente acristalada.

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Antes de llegar a los dormitorios de La Ricarda, encontramos un vestíbulo en el que se crea un patio a modo de impluvium, lo que antiguamente era una especie de estanque rectangular plano, diseñado para recoger el agua de lluvia. En este caso, la lámina de agua refleja la luz hacia el interior de este espacio.

Una obra de estas características merece ser compartida por lo que Marita Gomis, hija de los propietarios, permite visitarla a grupos, dando a conocer todos los rincones y detalles de su historia y construcción. Una maravillosa obra de arte que debe ser conservada.

Fotografía: María Algara Regàs

Comments

  1. Manuel Lopez Pamies says

    Buenos dias, mi nombre es Manuel y les escribo desde Barcelona, después de leer su artículo y una reseña en la revista AD, estoy realmente fascinado con esta casa, que no conocía . ¿Podría alguien, por favor facilitarme, donde puedo encontrar la información sobre los horarios y las visitas programadas ? Muchas gracias de antemano.

    Un cordial saludo,

    Manuel López

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